El 17 de marzo de 1991 los ciudadanos de la Unión Soviética votaron favorablemente por un nuevo Estatuto para su país, con el 76,4% de los votos, habiéndose registrado una participación del 80% del padrón electoral. Éste definía la creación de una "Unión de repúblicas soberanas iguales en derechos".. El referéndum no se pudo celebrar en aquellas repúblicas donde las élites reaccionarias ya habían proclamado la "independencia" o se sucedían fuertes disturbios étnicos (Estonia, Letonia, Lituania, Georgia a excepción de Abjasia, Armenia, Moldavia). Es decir, una aplastante mayoría de los votantes se pronunció por la conservación del estado soviético, pese a las reformas procapitalistas (Perestroika) emprendidas por el Secretario General del Partido Comunista, Mijail Gorbachov.
Pero el curso de los acontecimientos, al menos desde la burocracia, siguió el camino para disolución de la URSS, ignorando por completo lo que se había votado, el deseo de la mayoría de la población de la URSS. Claramente, no existía un "clamor popular" para destruir el país.
En agosto de 1991 un sector del Partido Comunista dio un golpe de estado que fracasó a las 72 hs, con el objetivo de preservar la unidad de la URSS, aunque sin negar ni combatir el verdadero factor de desestabilización económica y social que era la restauración del capitalismo iniciada con la asunción de Gorbachov en 1985. Tras la endeble reposición de Gorbachov en el cargo de Secretario General, la autoridad central de la Unión Soviética y la unidad territorial se terminarían de desmoronar.
Para dar fin y allanar por completo la vuelta al poder de las clases derrocadas por la Revolución de Octubre de 1917, los presidentes de Rusia, Boris Yeltsin, Ucrania, Leonid Kravchuk y de Bielorrusia Stanislav Shushkévich firmaron el 8 de diciembre de 1991, en la reserva natural de Belavezhkaya-Puscha, República Socialista Soviética de Bielorrusia, un acuerdo por el cual las tres se escindíeron de la Unión Soviética creada en 1922. Sin ninguna base legal, ignorando lo que se había votado en referéndum 9 meses atrás, los tres máximos dirigentes de la URSS se cargaron a todo un pueblo. Finalmente, el resto de las ex repúblicas soviéticas terminó por consentir esta acción con el Acuerdo de Alma-Atá, del 21 de diciembre de 1991 que dio lugar a un engendro llamado Comunidad de Estados Independientes. El 26 de diciembre era disuelta oficialmente la URSS.
Lejos de resultar en una "revolución democrática", la restauración del capitalismo dio el poder a las antiguas familias capitalistas, terratenientes y comerciantes, que unidos a las mafias económicas y a la burocracia del PCUS, restablecieron toda la simbología de los estados nacionales previos a la URSS, en nombre de la "independencia" y la "libertad" de cada nación, dando lugar a enfrentamientos étnicos, guerras civiles y por supuesto, el hundimiento de toda la economía del espacio post-soviético en los años '90. Todavía hoy, el conjunto de la antigua URSS no ha recuperado el nivel de producción de 1990. Pero quizás lo peor haya sido que los Estados Unidos de América ya no encontraron ningún contrapeso en la escena internacional. La carrera armamentística que había sido aceptada en términos de competencia con el mundo capitalista -y de integración en el mercado mundial- por parte de la URSS, condujo a la restauración conservadora.
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