Un mensaje en tres direcciones

El asesinato del embajador de Rusia en Ankara, Turquía, Andréi Karlov, ocurrió en una sala de exposiciones de arte a pocos metros de la Embajada de Estados Unidos, en una "zona segura". Fue ultimado por un policía, al grito de "no olviden Alepo; no se olviden de Siria". La seguridad allí presente sólo lo mató después de haber él matado al embajador. Misión cumplida. Este atentado no fue sólo contra un embajador más, sino contra el intermediario entre el Presidente de Rusia Vladímir Putin y el Presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, quienes se hallaban en gestiones para la pacificación de Siria tras la tamaña derrota del bloque occidental en Alepo con todos sus ezbirros yihadistas "moderados" y extremistas. Alepo significa un punto de inflexión en la guerra de Siria. Los últimos días de la Administración de Barack Obama dejan un mensaje mafioso por parte de los intereses antirrusos, que son los mismos que atizan todas las bombas de humo sobre una supuesta intervención de Rusia en la campaña electoral norteamericana en favor del próximo presidente Donald Trump. ¿Será este asesinato no sólo un mensaje, una amenaza, para entorpecer las gestiones sobre Siria, sino también un mensaje para Trump? El mismo presidente electo ha ratificado algunas líneas maestras de su (al menos anunciada) política exterior: "confirmó que pondrá fin al Tratado Transpacífico que había sido concluido contra China; que pondrá fin a los cambios de régimen (incluyendo el caso de Siria); que sustituirá, donde sea posible, la actual política de confrontación con una nueva política de cooperación (incluso con Rusia); y que reformará los servicios secretos estadounidenses, cuya única función consiste hoy en día en asesinar líderes del Tercer Mundo." (Thierry Meyssan, Red Voltaire, 15/12). Los medios hegemónicos, mientras tanto, se concentran en continuar presentándolo como un extremista y un ridículo, sin darle mayor importancia a los temas de política exterior, aunque ya demostraron durante toda la campaña, que les preocupaba el posible "aislacionismo" (en realidad un abandono de la política de "intervenciones humanitarias") de una Administración Trump. Para el presidente de Turquía, Recep Erdogan, el asesinato es una "provocación que tiene como objetivo destruir la normalización" de las relaciones entre ambos países, y señaló que "tanto la administración turca como la rusa son conscientes de ello y no lo van a permitir" (Libertad Digital, 19/12). Su homólogo ruso, tras recibir las condolencias del mandatario turco y reunirse con el Ministro de Asuntos Exteriores Sergéi Lavrov, agregó que el asesinato "pretende torpedear el proceso de paz en Siria" (20minutos.es, 19/12). Mientras tanto, los medios de comunicación hegemónicos, desde la CNN que abanderó la campaña de los halcones de Washington de Hillary Clinton, a nuestro Todo Noticias, a la noticia del asesinato le seguía oportunamente un racconto de las supuestas violaciones a los derechos humanos en la victoria de Siria (con ayuda de la aviación militar rusa) sobre los terroristas en Alepo, al mejor estilo, no tan cuidado, de una "justificación" de un vil asesinato que puede complicar aún más la situación de Medio Oriente.